jueves, 18 de marzo de 2010

Capítulo 6

Presente

Los ojos se me humedecen, las lágrimas me empiezan a salir de golpe, sin haberles dado mi permiso.
Siento rabia, mucha rabia. El hecho de que le tuviera que pasar precisamente a ella, a una persona que no se lo merecía de ninguna de las maneras, una persona que era buena, que la tenía a mi lado, que confiaba en mí, que me entendía.
Es una injusticia, todo lo es, porque aun así la gente continua con sus miserables vidas, sin importarles lo que sientan los demás, o lo que les ha pasado, porque nadie y es cierto, nadie estará a tu lado, siempre estaremos completamente solos, con nuestros pensamientos, los remordimientos y nuestros sentimientos…

Puede que alguien te haga promesas, diciéndote cosas estúpidas en tus oídos que harán que te enamores perdidamente de él, y que después al cabo de un tiempo eche a perder todo y decida irse de tu lado.
Odio a esa gente que juega con tu corazón, y que después, si éste se cae y se rompe, ellos huyan corriendo sin querer saber nada de ti, ni de tu corazón partido.

Esto no tiene nada que ver con la muerte de mi amiga, pero es que el mismo malestar me hace pensar en todas las cosas malas que me han sucedido, o que simplemente ahí están, y que a todo el mundo le hayan pasado alguna vez.
Ahora gritaría, sí, en medio de toda esta gente, puede que piensen que estoy loca, pero no haré nada, porque soy una maldita cobarde.

La noche pasa sin ninguna novedad, seguimos allí sentados escuchando música, bebiendo, charlando,…
Cuando termina todo el repertorio de conciertos, cada uno se va a su casa, mis amigas y yo, como vivimos cerca las unas de las otras nos vamos juntas, y ellos se van por otro lado.

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