martes, 31 de agosto de 2010

Capítulo 7

Una mañana después de varias noches yendo al Rock Daddy me despierto sobre las diez de la mañana y bajo las escaleras de madera hasta la cocina, me preparo un zumo de naranja y unas tostadas con mantequilla.

Mis padres como siempre están trabajando, mi padre es arquitecto, el mismo que diseñó nuestra casa, ahora está en proceso de construcción de la casa de verano de uno de los hombres de negocios más importantes de la gran ciudad, así que estará ocupado durante bastante tiempo…

Mi madre, por otro lado trabaja en un centro de desintoxicación, se encarga de ayudar a la gente adicta a salir del paso, a recuperar el tiempo perdido, volver con sus familias y a recuperar su vida, es un trabajo bastante duro y la mayoría del tiempo se lo pasan trabajando.

Por otro lado tengo a Gladis que es la mujer de la limpieza, casi todo el día está en casa. La mujer limpia bien, pero después de terminar la faena, se sienta en el sofá a ver en gran pantalla, las telenovelas de la tarde y así se pasa toda la tarde delante del televisor con su cigarrillo en la mano y un par de cervezas. Tiene mérito limpiar una casa tan grande en una mañana… Me acuerdo que de pequeña me dijo que nunca me casara, que los hombres no saben cuidar otra cosa que no sea su coche…

Dejo el vaso y el plato vacío en la pica y me despido de Gladis que limpia la entrada:


-Gladis me voy a la playa que he quedado con Amanda, supongo que vendré a la hora de comer, sino llamaré


-De acuerdo Libby


La mañana transcurrió sin ningún percance, al final llamé a casa para avisar a Gladis, y nos fuimos Amanda y yo a comer.

El problema es que estamos caminando por las calles en busca de un restaurante, pero todos están repletos de gente, o algunos cerrados por vacaciones.


-Oye Libby estoy agotada…Tengo calor, me sudan los pies, y tengo una sed que me muero...


-Yo también Amanda, además éstas sandalias me han hecho un roce entre los dedos y me muero del dolor… Jope no sé porqué se te ha ocurrido ir a comer a un restaurante


-¿Perdona? Lo has dicho tú, no me vengas con esas


-Ja, ja, ja, perdona era broma, ay, que cansancio…


Las dos estamos muy cansadas, cuando al fin, pasamos por un callejón y vemos un letrero que pone: Menú a 8 €.

El bar está casi vacío, hay pocas mesas distribuidas y la barra, pero después hay unas escaleras que dan a un espacio con más mesas, así que nos sentamos en una de ellas.


-Dios si no hay casi nadie, con la caminata que nos hemos pegado ya puede ser buena la comida que sino… Y, ¿Has visto el nombre del bar?, The born… Parece el título de una película de alienígenas invasores o algo por el estilo -dice Amanda riéndose-.


-Ja, ja. Es verdad que el nombre del bar parece de una peli de ésas, pero me gusta. Oye, ¿Estás segura de que le has dicho al hombre de la barra que subíamos aquí?


-Pues claro que sí, además me ha dicho que ahora nos pediría lo que vamos a comer, así que date prisa y escoge ya -me dice Amanda-.


-Vale, pues yo quiero el menú 8: una ensalada de la casa y calamares a la romana, de beber agua. Y, ¿tú?


-Pues yo…Me parece que me voy a coger el menú 6: una ensalada de pasta, pechuga de pollo al roquefort y agua


A lo lejos de la sala veo que acaba de subir por las escaleras el camarero, pero me resulta bastante familiar su cara… ¡No puede ser!


-Hola, ¿qué vais a p…? ¡Anda míralas!


-Shane, ¡Qué sorpresa! -dice encantada Amanda-.


-Lo mismo digo, ¿Qué hacéis aquí?


-Nosotras hemos venido a comer aquí porque llevamos caminando desde la playa en busca de un restaurante o un bar pero todos están llenos -explica mi amiga- Y ¿tú?


-Pues yo trabajo aquí desde hace ya un año -Shane se gira y me mira con esa sonrisa suya que me saca de quicio pero que a la vez me hipnotiza- ¿Qué tal Libby?


-Bien -espeto, y me giro de morros-.


-¡Libby!, déjala está cansada de tanto andar, a ver, toma nota: yo un menú 6, ella el 8 y dos aguas por favor


-Ahora mismo -dice Shane mientras que se termina de apuntar la comanda-.


Y se aleja, pero antes me da con la libreta en la cabeza, con la que antes ha apuntado nuestro pedido.


-¿…Pero, qué? Será grosero…


-Eso tú, ¿Por qué te comportas así con él? -dice Amanda molesta-.


-Porque no me gusta, parece un niño y se comporta como tal


-Oh venga, si no lo conoces de casi nada, solo de haber ido al local musical


-Pues con eso me basta -digo medio enfadada y no quiero seguir más con ese tema-.


-A veces pareces tú la niña


-¿Interrumpo algo?, parece que estabais hablando de mí ­-dice Shane, dejando las aguas y la comida en nuestra mesa, mirándome y riéndose-.


-No te creas tan importante -digo yo triunfante-.


Amanda me mira i mueve la boca diciendo borde.


-Que aproveche borde -dice Shane mientras se va y Amanda suelta una carcajada-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario